Desdicha es la belleza
cuando nos abandona,
Pide acaso una musa poesía?
Como supera el fruto “Palabra” la sed?
O cómo encuentra a que aferrarse
Suspendido en las nubes,
En lágrimas evaporadas.
Ni el reflejo ausente de tus manos,
De tus ojos esquivos en aquel brillante cristal
Pierden a la hoja del sol,
Y aunque a la nada cae lento
aun te ve en su descenso.
Y no cae para morir,
Pues la hoja no cae para desaparecer,
Sino para flotar,
Para encontrar la ruta a las estrellas,
Hallar el paso oscuro a tus pupilas,
El viento que eleve vuelo
Hasta la comisura de tus labios…
Pides poesía,
Pero te alejas en pasos firmes
A fronteras frías,
Trincheras de otra guerra,
Almas y deseos ajenos,
Cielo que conquisto tu sueño,
Pero somos fértil tierra
Sembrada a tu recuerdo…
Corazón no te vayas,
Susurra oculta la boca
Que empaña con sonrisas
La mentira del huir frágil
De ese abrazo
que se extiende con el tiempo…
Aun flotan desnudos los cabellos
Y recorren libres los dedos
tu mundo negro,
Aun viajan con esperanza
Pasando en calma tu rostro
Que duerme por segundos
En su tenue paso,
Terciopelo olvidado
Para tallar con besos
La savia, rio de sangre
Que alimenta el cuerpo.
¿Para qué entonces poesía?
Si destilas fuego,
si hidratas mi silencio
mis raíces;
¿para qué poesía?
si a tu lado
todo muere,
todo vive,
¿para qué poesía?
Si tu sonrisa dice todo,
si el mar se calma.
Dime: ¿para qué poesía?
Si siempre estas lejos…